Hugo y los hugonotes

Añadir "Requiescat", óleo sobre lienzo / oil on canvas, 1888.
Colección Privada / Private Collection

Tengo un colega que a su perro le puso Hugo por su abuelo. Su abuelo no se llamaba Hugo, pero era grandote como su perro. Cuando su abuelo se enteró del porqué del nombre del perro, montó en cólera. Sus antepasados habían sido asesinados y otros perseguidos durante la Masacre de San Bartolomé, en el contexto de las Guerras de religión, donde a los católicos franceses les dio por asesinar protestantes (hugonotes). Como su abuelo siempre le decía "los hugonotes esto", "los hugonotes aquello". "O tu tatarabuelo fue un gran hugonote". Mi compañero se imaginó a un Hugo inmenso y peludo como su perro. Nadie se tomó la molestia de explicarle qué diablos era un hugonote.
Representación de la matanza de San Bartolomé según François Dubois
(Museo Cantonal de Bellas Artes de 
Lausana).
Yo conocí a un perro que se llamaba Manolo y a otro que se llamaba Brony. Al primero le pusieron así porque sonaba melódico y gachupín; al segundo, porque era un perro cabrón. Mi hermana tiene un burrito que se llama González y supongo que a los González no les gustaría llamarse como un burro, a menos de que fuera Platero. A veces, los nombres esconden historias maravillosas y significados profundos que solo se revelan a partir de su propio contexto, como las palabras. Si algún día tengo un perro le voy a llamar Gargantúa.

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