Lord Gargajo y el puerco limpio


Desde la ventana del trolebús, veo a un señor que decide que la calle no está lo suficientemente sucia y escupe un gargajo. Ni se inmuta ni se ruboriza. Nadie le dirá nada. Yo tampoco. En otras ocasiones he visto a conductores escupir tremendos meteoros blanquiverdes. Una vez le dije puerco a uno y me respondió: "puerca tu madre". Como todos saben, en México las madres pueden ser cualquier cosa, así que no me importó. Luego pensé: "qué culpa tienen los puercos si ellos ni siquiera escupen". Además son más inteligentes y limpios que el susodicho y hasta tienen protagónicos como Babe El Puerquito Valiente, Peppa Pig o Napoleón y Bola de Nieve de Rebelión en la Granja. Las que sí escupen son las llamas o la cobra escupidora de Sudáfrica o el pez arquero. Pero si le hubiera dicho al señor: "no sea llama o cobra sudafricana o pez arquero", no se habría enfurecido. Quizá me hubiera dicho: "pinche loco", pero enfurecido lo que se dice enfurecido, no.




Recuerdo la historia de un señor que escupió por la ventana mientras manejaba en carretera; la fuerza del viento le regresó el gallo en su cara y estuvo a punto de embarrarse en una cerca. Ya ven cómo sí son grandes meteoros blanquiverdes. En la preparatoria teníamos un compañero que tenía la habilidad de arrojar gallos en la mano y luego aventarlos a la chamarra de algún despistado. También ponía gallos consistentes en el canal del pupitre, donde va el lápiz, y los arrojaba a la ventana, como si estuviera pateando un balón de americano. La idea era anotar un gol de campo imaginario. Yo creo que por eso los vidrios de las ventanas eran grises. Nos reímos mucho. Era la prepratoria y en la preparatoria siempre eres un pelmazo. Un buen día el profesor de historia lo descubrió , le dijo que era un puerco y nos obligó a limpiar sus inmundicias por cómplices. Yo creo que por eso me encantan la historia y los puercos, sobre todo con vida.

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