Embudo



La entrada al vagón del metro se caracteriza por ser un embudo casi a cualquier hora. Los embudos nos ayudan a no derramar líquidos. El vagón del metro a veces es un embudo obstruido y a veces es un país, así que a veces sirve y a veces no. Las personas que quieren entrar no pueden y las personas que quieren salir tampoco. Entonces se desbordan como aceite de motor o como algo más extraño. Lo normal sería que la gente que no va a salir se recorriera a los pasillos vacíos o menos llenos (cuando lo están); pero no lo hacen; prefieren ser obstáculo o desconsideración o país, como la mayoría.

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